El Susurro del Roque Nublo – Voz mística en Gran Canaria.

"Cuando el viento calla y la luna se oculta, el Roque Nublo habla con la voz de los que ya no están."

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Introducción

En el corazón de Gran Canaria, donde las brumas se aferran a las cumbres como un misterio ancestral, se alza el Roque Nublo. Este coloso de piedra, testigo silencioso de siglos, guarda entre sus grietas una leyenda que susurran los vientos al caer la noche. Hablan de una voz que emerge de las sombras, una presencia etérea que teje historias de espíritus y maldiciones en la memoria colectiva de los isleños. Aquí, donde la tierra se funde con el cielo, lo sobrenatural se confunde con la realidad.

Nudo

"Cuando el viento calla y la luna se oculta, el Roque Nublo habla con la voz de los que ya no están."

Cuentan los ancianos que, hace siglos, una joven llamada Fayna, de sangre guanche y corazón valiente, subió al roque en busca de respuestas. Su pueblo sufría una sequía implacable, y los sacerdotes de Abora hablaban de un oráculo oculto en las entrañas de la montaña. Armada solo con su fe, Fayna escaló hasta la cima, donde una niebla espesa la envolvió. Fue entonces cuando escuchó el primer susurro: un murmullo que no provenía del viento, sino de la propia roca.

La voz, grave como el trueno pero dulce como la brisa, le reveló un secreto: el roque era la puerta a Tirma, el mundo de los antepasados. Pero acceder a él tenía un precio. "Ofréceme tu recuerdo más preciado", le dijo la entidad. Fayna, desesperada, aceptó. Al instante, la lluvia cayó sobre la isla, pero cuando la joven regresó a su aldea, nadie la reconoció. Su nombre, su historia, incluso su rostro, habían sido borrados de la memoria de su pueblo.

Desde entonces, en las noches de luna nueva, se dice que el Roque Nublo reclama más almas. Los pastores que se aventuran cerca juran haber visto sombras que se desvanecen entre las rocas, y algunos afirman haber oído a Fayna llorar, atrapada entre dos mundos. La leyenda advierte: "Quien escuche el susurro y responda, perderá lo que más ama".

Desenlace

Hoy, el Roque Nublo sigue siendo un símbolo de resistencia y misterio. Algunos lo visitan buscando conexión con el pasado; otros, temerosos, evitan sus senderos al anochecer. Los más escépticos atribuyen los relatos a la imaginación y al eco caprichoso del viento. Pero cuando la niebla desciende y el silencio se hace absoluto, incluso los incrédulos sienten un escalofrío.

¿Fue Fayna víctima de una maldición o elegida para un destino mayor? La leyenda no lo aclara. Lo único cierto es que, en la oscuridad, el susurro persiste. Y tal vez, en algún lugar entre la piedra y el cielo, Fayna sigue esperando a que alguien rompa el hechizo... o caiga en él.

Así, el Roque Nublo permanece: eterno, indescifrable, y siempre observando. Porque en Gran Canaria, las piedras no solo cuentan historias... también las guardan.

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